(Quito, 1984) La fascinación por los materiales, la transformación de la materia, desarmar objetos para luego reconfigurarlos y la sonoridad desde la música, fue lo que lo motivó a convertirse en escultor, inicialmente en piedra, y más adelante autoreconocerse como artista visual.

La formación académica lo introdujo al video, la instalación y la fotografía como medios de creación artística, desde los que ha profundizado su conciencia sobre la escultura y la instalación escultórica como posibilidades para discursar sobre la sonoridad: Mi postura sobre lo escultórico ante lo comunitario, lo público y lo político es que la escultura tiene que ser reinventada, para estar al servicio de todos y todas, no solamente como un adorno, sino como un disparador de conciencia y de reinterpretación de lo establecido.

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(Guayaquil, 1980) Explorar diversas posibilidades académicas entre el diseño y las artes visuales (ESPOL, ITAE), le hizo percibir una falta de conciencia del impacto ambiental. Esto determinó que su acercamiento al arte sea a través de materiales orgánicos, reutilizables o en desuso, debido al derroche de recursos naturales, los desperdicios y las sustancias contaminantes que la producción artística genera. Así emprende una investigación desde el arte entre las prácticas ancestrales, las técnicas artesanales y el arte popular del Ecuador que se ubican dentro de una lógica de producción más sustentable. Sus obras se encuentran entre lo escultórico y lo instalativo, con un énfasis predominante en la naturaleza del material y su uso.